Los nueve primeros síntomas del Alzheimer que pueden pasar desapercibidos o confundirse con otras enfermedades

Las primeras señales de la enfermedad no siempre se asocian con el Alzheimer, pero saber reconocerlas es clave para poder iniciar el tratamiento lo antes posible.

Las primeras señales del Alzheimer suelen pasar desapercibidas tanto por el paciente como por su entorno personal y familiar, debido al desconocimiento de la enfermedad o a la confusión de los síntomas con los de otras enfermedades.

El Alzheimer es la principal causa de demencia en el mundo y provoca un deterioro gradual en la memoria, el pensamiento, el comportamiento, las habilidades sociales y, por último, la capacidad de funcionamiento del paciente. Expertos prevén que esta patología tenga mayor prevalencia en las próximas décadas, pero también señalan que el diagnóstico precoz es fundamental para mejorar la calidad de vida de la persona afectada y retrasar la enfermedad lo máximo posible.

¿Cuáles son los primeros síntomas del Alzheimer?

La neuróloga Miriam Emil Ortíz ha redactado un curso con una serie de pautas para retrasar la enfermedad del Alzheimer.

Algunas de las señales más frecuentes que aparecen en las etapas iniciales de la enfermedad se suelen confundir con las de otras enfermedades o el envejecimiento en general. Según la Fundación Alzheimer España, los síntomas más frecuentes en las etapas iniciales de la enfermedad son los siguientes:

  • Pérdida de memoria, sobre todo con el olvido de fechas, de encargos, etc. de hechos recientes.
  • Repetición frecuente de preguntas a pesar de recibir respuestas.
  • Colocación de cosas en lugares equívocos o el olvido de dónde ha dejado sus cosas.
  • Dificultad para recordar el nombre de objetos usuales.
  • Pérdida del sentido de la orientación con respecto al tiempo y o al lugar.
  • Dificultades a realizar gestos simples o manejar objetos familiares como, por ejemplo, no poder abrir la puerta con la llave o manejar el cambio de marchas del coche.
  • Pérdida de interés y de motivación para las actividades que antes se disfrutaba.
  • Dificultades para realizar tareas fáciles.
  • Cambios bruscos en el humor.

Sin embargo, las dificultades de memoria, que en principio pueden parecer banales, no siempre son un síntoma de esta enfermedad. No obstante, no todos los síntomas tienen por qué estar presentes conjuntamente, aunque desde la Fundación Alzheimer España indican que las modificaciones del carácter y, sobre todo, la disminución del interés para realizar actividades es algo habitual.

Una doctora estudia imágenes del cerebro de una persona con Alzheimer.

Las posibilidades de tratamiento del Alzheimer

El Alzheimer aún no tiene cura porque todavía se desconoce cuáles son las causas principales de la enfermedad. Por lo tanto, los medicamentos utilizados para su tratamiento son meramente sintomáticos, es decir, no pueden curar el trastorno, pero sí pueden ayudar a retrasar la degradación de las facultades intelectuales.

Aunque los factores de riesgo incluyen a la edad, la enfermedad del Alzheimer no es una consecuencia del envejecimiento. Sin embargo, el envejecimiento del cerebro, así como la genética, la salud, el medio ambiente y el estilo de vida pueden contribuir al desarrollo de Alzheimer.

(Infobae)

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