La ciudad de Bahía Blanca atraviesa una de las peores catástrofes climáticas de su historia. Un temporal de lluvias torrenciales azotó la región en las últimas horas, dejando un saldo de al menos seis muertos, cientos de evacuados y daños materiales de gran magnitud. Las precipitaciones superaron todos los registros históricos, generando inundaciones generalizadas que paralizaron la ciudad.
Un récord de lluvias sin precedentes
Según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en menos de 12 horas cayeron 290 milímetros de lluvia, cifra que casi duplica el récord histórico de 167,6 milímetros registrado en 1933. La cantidad de agua caída en una sola jornada equivale a lo que la ciudad recibe en aproximadamente seis meses, provocando el colapso de desagües pluviales y la anegación de calles, viviendas y comercios.
Las imágenes que circularon en redes sociales y medios de comunicación reflejan la magnitud del desastre: calles convertidas en ríos, vehículos arrastrados por la corriente y familias enteras intentando resguardarse de la inundación.
Víctimas fatales y operativos de rescate
El saldo más trágico del temporal es la pérdida de seis vidas humanas. Cinco de las víctimas fueron halladas en la vía pública, mientras que la sexta falleció en la localidad de General Daniel Cerri, un suburbio costero de Bahía Blanca. Entre los fallecidos se encuentran personas que intentaban trasladarse en medio de la tormenta y fueron arrastradas por la corriente.
Las fuerzas de seguridad y emergencias trabajan sin descanso en la asistencia y rescate de los afectados. Más de 60 familias debieron ser evacuadas y se habilitaron centros de emergencia en distintos puntos de la ciudad. Personal de Defensa Civil, Bomberos y el Ejército Argentino colaboran en el operativo, mientras que el Municipio declaró la emergencia hídrica y solicitó asistencia al gobierno provincial y nacional.
Infraestructura colapsada y hospitales afectados
El temporal no solo impactó en la movilidad y las viviendas, sino también en la infraestructura crítica de la ciudad. El Hospital Interzonal Dr. José Penna sufrió inundaciones en sectores clave, incluyendo neonatología, lo que obligó a evacuar a recién nacidos y trasladarlos a otros centros de salud.
Los cortes de energía eléctrica afectaron a amplios sectores de la ciudad, mientras que el servicio de transporte público quedó completamente suspendido. Las clases en todos los niveles educativos fueron canceladas hasta nuevo aviso. Comercios y fábricas también interrumpieron sus actividades debido a los daños provocados por el agua.
Reacción del Gobierno y asistencia económica
Ante la gravedad de la situación, el gobierno nacional anunció el envío de $10.000 millones para la reconstrucción de Bahía Blanca y la asistencia de los damnificados. El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, confirmó la ayuda económica en coordinación con el gobierno provincial y las autoridades municipales.
Por su parte, el Ministerio de Seguridad desplegó un equipo especial de rescate y envío de insumos básicos como agua potable, alimentos y colchones. Además, las Fuerzas Armadas fueron movilizadas para asistir a la población y colaborar en las tareas de reconstrucción de la infraestructura afectada.

Pronóstico y recomendaciones
El SMN advirtió que, si bien las lluvias han cesado momentáneamente, no se descarta la llegada de un nuevo frente de tormentas en las próximas horas. Se recomienda a la población mantenerse informada a través de fuentes oficiales y evitar desplazamientos innecesarios.
Las autoridades han instado a los ciudadanos a extremar las precauciones, no intentar cruzar calles anegadas y colaborar con los equipos de emergencia. También se habilitaron líneas de asistencia para damnificados y puntos de recepción de donaciones en distintos barrios de la ciudad.
Conclusión
El temporal en Bahía Blanca deja una profunda huella en la comunidad, no solo por las pérdidas humanas, sino también por el impacto social y económico que conlleva. En los próximos días, se espera que continúen las tareas de asistencia y reconstrucción en una ciudad que, una vez más, debe enfrentar las consecuencias de un fenómeno climático extremo.