Récord histórico de casos de sífilis en Argentina: alertan por un aumento sostenido y piden reforzar la prevención

Este incremento representa un 38,5% más que en 2022 y mantiene en alerta al sistema de salud, que advierte la necesidad urgente de fortalecer estrategias de prevención, diagnóstico temprano y acceso al tratamiento.

El aumento en los contagios no es nuevo. Desde 2011 se observa una suba sostenida, que se aceleró especialmente entre 2015 y 2019, cuando los casos prácticamente se triplicaron. La pandemia ralentizó la notificación por la reducción de controles, pero a partir de 2022 la tendencia volvió a crecer con fuerza.

En 2023 la Argentina superó por primera vez los 30.000 casos anuales, y 2024 marcó un nuevo récord absoluto.
La tasa nacional pasó de 56,1 cada 100.000 habitantes en 2019 a 93 en 2024, un salto del 65,8%.

Para 2025, las cifras preliminares anticipan otro aumento del 20,5% respecto del año anterior.


Quiénes concentran la mayor cantidad de casos

El perfil epidemiológico muestra un patrón claro:

  • El 76% de los diagnósticos corresponde a personas de 15 a 39 años.
  • El grupo más afectado es el de 20 a 24 años, con una tasa de 228,2 cada 100.000 habitantes.
  • En jóvenes, las mujeres registran tasas más altas que los varones.
  • A partir de los 35 años, la tendencia se invierte y los hombres presentan mayor incidencia.

Este comportamiento sugiere una combinación de alta exposición, cambios en los hábitos de cuidado y mayor acceso al diagnóstico en mujeres jóvenes.

El aumento se replica en todo el país, aunque con diferentes intensidades:

  • Región Centro: concentra el 61% de los casos nacionales, con Córdoba como la jurisdicción con la tasa más alta (220,3).
  • Región Sur: presenta la mayor tasa regional (122,3 cada 100.000). Neuquén, Tierra del Fuego y La Pampa muestran subas significativas.
  • Cuyo, NEA y NOA: también registran incrementos marcados, con San Luis, Chaco, Formosa, Jujuy y Catamarca entre las más impactadas.

Por qué están aumentando los casos

Entre las razones del avance de la sífilis se destacan:

  • Alta transmisibilidad en las fases iniciales.
  • Falta de controles periódicos y uso irregular del preservativo.
  • Acceso desigual a pruebas diagnósticas.
  • Reinfecciones frecuentes, debido a que haber tenido sífilis no genera inmunidad.
  • Mayor capacidad de detección, gracias a nuevos prestadores incorporados al sistema de vigilancia.

Un estudio citado por el boletín mostró que, en Buenos Aires y Rosario, el 28% de los nuevos diagnósticos en varones eran reinfecciones.


Si no se trata a tiempo, la sífilis puede avanzar desde una llaga indolora hasta causar:

  • lesiones en piel y mucosas,
  • fiebre y ganglios inflamados,
  • afectación neurológica,
  • compromiso cardíaco y óseo,
  • e incluso la muerte.

Además, es una de las principales causas prevenibles de complicaciones en el embarazo, lo que la convierte en una prioridad de salud pública.


El Ministerio de Salud de la Nación reforzó diversas medidas:

  • Actualización de protocolos y guías clínicas.
  • Distribución de pruebas rápidas y penicilina a todas las provincias, con prioridad para las más afectadas.
  • Capacitación del personal de atención primaria para diagnosticar en minutos.
  • Programas conjuntos con municipios para mejorar seguimiento de pacientes y adherencia al tratamiento.

A esto se suma el trabajo articulado con organizaciones como AHF Argentina y Fundación Huésped, que firmaron un acuerdo para fortalecer acciones de salud sexual, prevención y diagnóstico temprano.


Los profesionales insisten en hábitos básicos pero fundamentales:

  • Testearse con regularidad, aun sin síntomas.
  • Usar preservativo en todas las relaciones sexuales.
  • Acudir rápidamente ante cualquier lesión o duda.
  • Acceder a pruebas gratuitas disponibles en hospitales y centros de salud.
  • Completar el tratamiento indicado, que continúa siendo a base de penicilina, dependiendo del estadio de la infección.

La sífilis crece en la Argentina a un ritmo que preocupa. Enfrentarla exige una combinación de políticas sanitarias activas, campañas sostenidas, información clara y un mayor compromiso individual para realizar controles periódicos.
La prevención y el diagnóstico temprano siguen siendo las herramientas más efectivas para cortar la cadena de transmisión y proteger la salud de toda la comunidad.

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