La polémica por el libro “Cometierra”, de Dolores Reyes, suma nuevos capítulos. Desde el Gobierno provincial denuncian un “intento de censura”. El fenómeno en que el libro se está convirtiendo.
El revuelo generado por la novela “Cometierra”, de Dolores Reyes, suma un nuevo capítulo a partir de la denuncia penal presentada por la diputada nacional del PRO, Patricia Vásquez, por posibles violaciones a derechos infantiles por parte del gobierno bonaerense, el cual había incluido el libro de Reyes en el programa de lectura Identidades Bonaerenses.
Vásquez calificó los libros incluidos en el programa como “inapropiados para menores”. Por su parte, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y el Director General de Cultura y Educación de la provincia, Alberto Sileoni, defendieron los textos y destacaron la intención del programa de fomentar el acceso a literatura identitaria.
Según la denuncia de Vásquez, el material distribuido podría violar normativas y afectar el bienestar de niños y adolescentes. La denuncia quedó formalizada ante la Fiscalía General de La Plata, y señala que los textos en cuestión contienen elementos que califica de inapropiados para el desarrollo integral de los estudiantes. “Espero que el ministerio público fiscal investigue como corresponde la posible comisión de varios delitos, no uno”, puntualizó Vásquez.
El programa Identidades Bonaerenses distribuye estos libros en más de 2.700 escuelas secundarias de la provincia. Desde el ministerio de Educación bonaerense aseguraron que el programa: “Forma parte de una política pública cuyo propósito es reflejar la diversidad y riqueza de Buenos Aires mediante narrativas variadas y enriquecedoras que aportan a la inagotable discusión sobre nuestra identidad”, pero Vásquez asegura que el contenido de dichos libros, entre los que se encuentra “Cometierra”, excede los límites de lo pedagógicamente adecuado, y afirma que incluye representaciones de actos sexuales explícitos y lenguaje inapropiado, cosa que es cierta, aunque lo hace en una pequeña parte de sus poco más 170 páginas.
Esta denuncia se suma a una realizada por la Fundación Natalio Morelli, dedicada a la protección de los derechos de niños y adolescentes, que ya había iniciado acciones legales contra Alberto Sileoni. Bárbara Morelli, presidenta de la fundación, aseguró que es una “degeneración” que esos textos estén en los colegios.
La polémica alrededor de la novela de Reyes, que cuenta la historia de una joven del conurbano bonaerense que posee la capacidad de, mediante la ingesta de tierra, averiguar dónde se encuentra el cuerpo de gente desaparecida – sobre todo de víctimas de violencia de género – viene de hace unas semanas atrás, a partir de que la que se quejara del contenido del libro fuera nada menos que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, a través de su cuenta de X. Luego, la semana pasada, Kicillof se fotografió leyendo la novela de Reyes, junto a otros textos de la colección Identidades Bonaerenses. “Qué mejor que un domingo de lluvia para leer buena literatura argentina. Sin censura”, escribió el gobernador bonaerense en su cuenta de X (ex Twitter). La vicepresidenta, salió al cruce, acusándolo de “leer libros que exaltan la pedofilia y sexualizan a los niños”.
Hace unos días, el presidente de la nación, Javier Milei, realizó un posteo en sus redes con un fragmento explícito del texto, que calificó como “aberración de alto contenido sexual”, opinión compartida por otros referentes oficialistas como el activista de derecha Agustín Laje, quien tildó a los textos de “pornografía”.
“No son libros de educación sexual, esta es una colección de literatura. No son libros para los estudiantes, son libros para las bibliotecas; consideramos que son herramientas para los docentes y los bibliotecarios”, se defendió Sileoni en Radio Mitre cuando comenzó la polémica.
Según Vásquez, quien enfatizó que no critica el valor literario de las obras, sino su pertinencia para las edades a las que van dirigidas, la exposición prematura a este tipo de material podría comprometer tanto la salud mental como física de los menores, y cuestiona la falta de filtros adecuados por parte de las autoridades educativas: “No estoy haciendo un juicio de valor sobre la obra literaria en sí, sino sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en proteger y cuidar a los menores”, especificó la legisladora, quien, basándose en la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la ONU, destaca que los Estados tienen la obligación de proteger a la infancia de contenidos que puedan resultar dañinos. El artículo 19° de la Convención establece la necesidad de prevenir cualquier forma de abuso o explotación, y el artículo 17° refuerza el derecho de los niños a acceder a información adecuada para su edad.
Más de cien escritores respaldaron “Cometierra” en un acto el sábado
Este sábado, el Teatro Picadero de Buenos Aires se convirtió en el escenario de una lectura colectiva del libro, un evento organizado por defensores de su lectura quienes no dudaron en denunciar un acto de censura sobre el mismo. Durante la actividad, que reunió a cientos de personas y más de cien escritores, y contó con la presencia de la propia Dolores Reyes, además de autores como Martín Kohan, Liliana Heker, y Enzo Maqueira, a quienes se sumaron personalidades destacadas del ámbito literario y cultural.
El escándalo alrededor de la novela desencadenó todo un fenómeno. A partir de la discusión, la novela, que ya contaba con numerosos lectores y elogios de la crítica especializada, aumentó cuantiosamente sus ventas y se agotó en varias librerías. En el ranking semanal de la librería Cúspide, “Cometierra” se ubicó por encima de “La Vegetariana”, la novela de la escritora surcoreana Hang Kang, que fue premiada recientemente nada menos que con el Premio Nobel de Literatura.
(BorderPeriodismo)