Un trágico incidente ocurrido el martes en el centro de Rosario, Santa Fe, dejó como saldo la muerte de un perro por asfixia dentro de un auto y la detención de su dueña. El animal, llamado Coco, había sido dejado en el interior de un Peugeot 208, que permaneció estacionado con las ventanillas cerradas durante horas en medio de un día con temperaturas superiores a los 31 grados.
El episodio tuvo lugar en la calle Corrientes al 680, donde algunos vecinos notaron la presencia del animal en el vehículo y dieron aviso al 911. Al llegar al lugar, la Policía encontró al perro sin vida, acostado en el asiento del acompañante. La escena generó indignación entre los testigos, que se congregaron alrededor del auto para expresar su enojo.
Minutos después, llegó al lugar la dueña del perro, identificada como P. S. G., una comerciante de la zona. Desesperada, la mujer rompió en llanto al abrir la puerta del vehículo. Las cámaras de televisión captaron el momento en que intentaba explicar lo ocurrido: “Me olvidé, no lo dejé encerrado”, dijo, mientras los vecinos la increpaban por el descuido que resultó fatal para el animal.
De acuerdo con el relato de la implicada, había estacionado el auto al mediodía, aunque testigos aseguraron que el vehículo llevaba allí desde la mañana. Una agente policial le consultó sobre el horario, a lo que la mujer respondió con evidente confusión.
La dueña del perro fue trasladada a la comisaría 2ª de Rosario, donde quedó detenida por algunas horas. Se le aplicó una infracción bajo la Ley Sarmiento, que sanciona el maltrato y la crueldad animal con penas de 15 días a un año de prisión. El cuerpo del perro fue retirado por la Brigada de Rescate Animal y llevado a una morgue, mientras que el auto fue removido al corralón municipal por estar mal estacionado.
El abogado de la implicada, Juan Emilio Molina, llegó al lugar para defenderla y ofreció declaraciones a los medios. “Fue un hecho culposo, un error. Ella venía todos los días con su perro al local. Nadie quiere matar a su mascota. Lamentablemente, se lo olvidó en esta ocasión especial”, explicó, restando intencionalidad al acto.
La fiscal Andrea Vega, de la Unidad de Flagrancia, tomó intervención en el caso, que ya generó repercusión en redes sociales y la protesta de activistas por los derechos de los animales. Proteccionistas presentes en el lugar prometieron avanzar con una denuncia formal contra la dueña del perro.
Por su parte, Molina intentó calmar las críticas: “Todos bregamos por los derechos de los animales, pero esto fue un accidente. Las tragedias ocurren”. Sin embargo, las imágenes del trágico desenlace generaron conmoción e indignación en la comunidad rosarina.
(El Litoral)