Ayer al mediodía, un avión privado sufrió un grave accidente al intentar aterrizar en el aeropuerto de San Fernando, al norte del conurbano bonaerense. La aeronave, un Bombardier Challenger 300 que regresaba de Punta del Este, se despistó y terminó impactando contra una vivienda cercana, provocando un incendio. El siniestro dejó un saldo fatal: murieron el piloto y el copiloto, únicos ocupantes del vuelo.
Las víctimas fueron identificadas como Martín Fernández Loza, de 46 años, y Agustín Oroforte, de 35. Ambos contaban con amplia experiencia y sus licencias de vuelo estaban en regla, según informaron fuentes aeronáuticas.
Impacto en una zona residencial
El accidente ocurrió en la intersección de las calles José Terry y Charlín, una zona residencial que rodea el aeropuerto. Según testigos, el avión sobrepasó la pista de aterrizaje, cruzó el alambrado perimetral e impactó contra las viviendas cercanas. Afortunadamente, no hubo heridos entre los vecinos, aunque varias personas debieron ser evacuadas por precaución.
La propietaria de una de las casas afectadas relató el horror vivido: “Estaba en la ducha cuando escuché un estruendo. Mi bebé dormía en la habitación que quedó más dañada. Después del choque hubo tres explosiones”, contó, aún conmocionada. Aunque la estructura de su hogar no colapsó, sufrió graves daños.
La aeronave y el siniestro
El Challenger 300, matrícula LV-GOK, pertenece a la familia de Jorge Brito, empresario vinculado al Banco Macro y a River Plate. Según registros de vuelo, el avión había despegado de San Fernando hacia Punta del Este a las 11:12 y retornó al mismo aeropuerto alrededor de las 13:18, momento en el que ocurrió el trágico accidente.
Las autoridades aeronáuticas confirmaron que la aeronave cumplía con todos los estándares de seguridad y se encontraba en perfectas condiciones operativas. Sin embargo, las causas del siniestro están siendo investigadas por la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil y el Juzgado Federal N°1 de San Isidro, encabezado por Sandra Arroyo Salgado.
Cuestionamientos a la respuesta de emergencia
La respuesta de los servicios de emergencia ha generado polémica. Fuentes aeroportuarias indicaron que los bomberos tardaron al menos siete minutos en llegar al lugar del impacto y carecían de las herramientas necesarias para abrir la cabina y rescatar a los tripulantes. Especialistas en seguridad aérea afirman que una reacción más rápida podría haber cambiado el desenlace.
Especificaciones del avión siniestrado
El Bombardier Challenger 300 es un jet privado de tamaño mediano diseñado para vuelos de largo alcance. Puede alcanzar una velocidad de hasta 870 km/h y cubrir distancias de 3200 millas náuticas. Su diseño combina eficiencia, comodidad y alta performance, características que no pudieron evitar la tragedia de ayer.
Conmoción en la comunidad local
El accidente generó gran impacto en los vecinos y testigos. Cámaras de seguridad captaron el momento en que el avión perdió el control, salió de la pista y explotó tras el impacto. “El avión siguió de largo, golpeó contra las casas y estalló. Fue algo terrible”, expresó un comerciante de la zona.
Este trágico suceso reabre el debate sobre la seguridad aérea en aeropuertos cercanos a zonas urbanas y la necesidad de reforzar los protocolos de emergencia para prevenir desenlaces fatales.
(NA)