La creciente inseguridad y la falta de respuestas de las autoridades llevaron a un grupo de repartidores de aplicaciones a tomar la decisión de recuperar por su cuenta una moto robada en el partido de La Matanza. Este operativo, impulsado por el hartazgo y el temor, tuvo lugar en la villa Santos Vega, en la localidad de San Justo, y fue registrado en un video que rápidamente se viralizó en las redes sociales.
El hecho ocurrió el sábado a las 21:50, cuando un joven repartidor que realizaba una entrega fue abordado por un ladrón armado en la intersección de Ezaguirre y Perón. El delincuente, con un arma de fuego, amenazó al trabajador, obligándolo a entregar la moto, su teléfono celular y su riñonera. Sin embargo, lo más llamativo de la situación fue que la víctima, en un intento por salvar sus herramientas de trabajo, negoció con el atacante, pidiendo que le dejara el teléfono y la riñonera a cambio de la moto.
Luego del robo, el repartidor alertó a sus compañeros a través de un grupo de WhatsApp. En pocos minutos, un grupo de repartidores se organizó para buscar el vehículo. La persecución los llevó hasta la villa Santos Vega, donde los delincuentes se habían refugiado con la moto. A pesar de que la zona es conocida por la alta presencia de delitos, los repartidores decidieron entrar al asentamiento para recuperar el vehículo.
El video muestra cómo más de una docena de motociclistas avanza en caravana por los pasillos de la villa, mientras una mujer graba desde un primer piso y alerta: “Adentro está la moto. Los van a sacar a tiros”. A pesar del riesgo, los repartidores lograron recuperar la moto sin la intervención de la policía, lo que puso en evidencia la falta de seguridad en la zona.
Los testimonios de los trabajadores no se hicieron esperar. “Nos metimos nosotros. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo va a hacer. Nadie”, expresó uno de los repartidores que participó en la recuperación. Otro comentó sobre la estrategia de protección entre compañeros: “Nos reagrupamos y nos metimos a recuperar la moto. Literalmente, nosotros hicimos lo que tendría que haber hecho la policía”.
En cuanto a las condiciones de seguridad, los repartidores manifestaron que los robos son constantes. “Uno por lo menos por día se queda sin moto y nadie hace nada”, aseguró un trabajador. Otro añadió: “Si nos ponemos el casco, nos roban; si no lo usamos, la policía nos para”. La crítica al accionar policial también fue un tema recurrente: “La policía está, no vamos a decir que no, pero no te da una solución”, señaló un repartidor, quien detalló que muchos de ellos deben modificar sus motos para evitar el robo.
Este no es el primer incidente de este tipo. En marzo del año pasado, otro grupo de repartidores organizó una operación similar en la zona oeste del conurbano, donde no solo recuperaron una moto robada, sino que también lograron detener a uno de los delincuentes y obligarlo a confesar el paradero del vehículo.
El operativo llevado a cabo por los trabajadores de aplicaciones subraya el sentimiento de desamparo que sienten frente a la falta de medidas eficaces por parte de las autoridades y el creciente peligro al que se enfrentan a diario.
