La inseguridad golpea nuevamente al conurbano bonaerense. Un joven de 32 años murió tras ser baleado cuando intentó evitar el robo de una moto en pleno centro de San Justo, en el partido de La Matanza. El violento episodio ocurrió en la noche del viernes y desató la indignación de los vecinos, que se manifestaron para exigir mayor seguridad.
El ataque sucedió cerca de las 20:30 en la intersección de Coronel Lynch e Illia, a metros de la plaza principal, donde se llevaba a cabo una concurrida feria. Luis Gabriel Quinteros, la víctima, estaba junto a un amigo frente a un comercio cuando notaron que dos motochorros intentaban llevarse un vehículo estacionado. Al advertir la situación, ambos comenzaron a gritar para ahuyentar a los delincuentes. La reacción provocó la furia de los asaltantes, que abrieron fuego contra los jóvenes antes de darse a la fuga.
Uno de los disparos impactó de lleno en el abdomen de Quinteros. En medio de la desesperación, fue trasladado de urgencia al hospital Paroissien, donde los médicos hicieron todo lo posible por salvarlo. Sin embargo, la gravedad de la herida resultó fatal y murió alrededor de las 3 de la madrugada del sábado.
Investigación en curso
El caso quedó en manos del fiscal Diego Rulli, de la Fiscalía de Homicidios de La Matanza, quien ordenó las primeras diligencias para identificar a los responsables. Agentes de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) trabajan en el análisis de cámaras de seguridad y la recolección de testimonios para dar con los agresores, que hasta el momento siguen prófugos.
Vecinos en pie de lucha
Conmocionados por el crimen, los vecinos de San Justo salieron a las calles el sábado por la tarde para exigir justicia y reclamar medidas urgentes contra la inseguridad. La convocatoria tuvo lugar frente a la comisaría local, donde cientos de personas se hicieron oír con bocinazos y aplausos. La indignación es palpable: aseguran que los hechos de violencia son cada vez más frecuentes y que las autoridades no brindan respuestas.
El caso de Quinteros no es un hecho aislado. Hace apenas dos meses, la misma localidad fue escenario de otro crimen brutal: una mujer de 45 años, Hilda Tello, murió tras recibir un disparo en el pecho cuando motochorros abrieron fuego contra un colectivo de la línea 174 en plena huida. Su hija, de solo 8 años, resultó herida en el ataque.
La violencia en la zona no da tregua y las demandas de seguridad son cada vez más urgentes. Mientras tanto, la comunidad de San Justo llora otra víctima de la delincuencia y espera que la justicia encuentre a los responsables.
