En una noche histórica en el estadio Monumental, la selección argentina derrotó con autoridad a Brasil por 4-1, asegurando su clasificación al Mundial 2026 y rompiendo una racha de 20 años sin victorias como local ante su clásico rival. El equipo dirigido por Lionel Scaloni demostró un rendimiento contundente, a pesar de la ausencia de figuras como Lionel Messi y Lautaro Martínez.
Dominio absoluto desde el inicio
Desde el primer minuto, la Albiceleste impuso condiciones con un juego vertiginoso y preciso. A los 4 minutos, Julián Álvarez abrió el marcador tras una gran jugada colectiva que desarmó la defensa brasileña. La presión constante de Argentina dio sus frutos nuevamente a los 13 minutos, cuando Enzo Fernández amplió la ventaja con una definición certera dentro del área.
Brasil intentó reaccionar y logró descontar a los 26 minutos con un gol de Matheus Cunha, aprovechando un error en la salida del conjunto local. Sin embargo, el intento de remontada se diluyó rápidamente ante la firmeza defensiva y la contundencia ofensiva argentina.
Una goleada para el recuerdo
En el complemento, Argentina no bajó la intensidad. Alexis Mac Allister marcó el tercero con un remate inatajable, y Giuliano Simeone, quien ingresó en el segundo tiempo, selló la goleada desatando la euforia en las tribunas.
El resultado refleja el gran momento que atraviesa la selección campeona del mundo, que lidera las Eliminatorias Sudamericanas con 31 puntos. En contraste, Brasil, que marcha cuarto con 21 unidades, atraviesa un presente preocupante, lo que incrementa las críticas hacia su entrenador Dorival Jr.
El Monumental vibró con la Scaloneta
Los hinchas albicelestes vivieron una fiesta en las tribunas, celebrando una victoria que quedó en la historia del fútbol sudamericano. Sin Messi en el campo, el equipo demostró que su identidad de juego y fortaleza colectiva siguen intactas.
Brasil, por su parte, tendrá que replantear su estrategia y buscar recuperar su protagonismo en los próximos encuentros. La goleada en Buenos Aires es una señal de alerta para la Verdeamarela, que sigue sin encontrar un rumbo claro en las Eliminatorias.
Con este triunfo, Argentina no solo reafirma su dominio en el continente, sino que también envía un mensaje claro de cara a la Copa del Mundo 2026: la Scaloneta sigue en marcha y no piensa detenerse.