Protestas tras la condena a Cristina Kirchner: cortes, caos y daños que afectaron a trabajadores

El fallo de la Corte Suprema que confirmó la condena por corrupción contra Cristina Fernández de Kirchner generó una inmediata reacción de agrupaciones kirchneristas, sindicatos y movimientos sociales. Lo que comenzó como una movilización política se transformó en una jornada caótica que perjudicó directamente a miles de trabajadores.

Desde temprano, militantes coparon accesos clave al AMBA, cortando la autopista Buenos Aires-La Plata, el Puente Pueyrredón, la General Paz y diversas avenidas porteñas. A lo largo del día, también se registraron marchas que bloquearon el tránsito en el microcentro y zonas comerciales.

Familias, laburantes y comerciantes fueron los principales perjudicados. Muchas personas no pudieron llegar a sus trabajos o tardaron horas en regresar a sus hogares, sin transporte público y sin rutas alternativas. Las demoras colapsaron el tránsito y generaron un malestar generalizado.

“Siempre lo mismo, protestan y el que pierde es el que va a laburar”, se quejó un chofer de reparto en medio del embotellamiento en Avellaneda.

Durante la movilización, se registraron incidentes y destrozos en la vía pública. En uno de los episodios más indignantes, un grupo de militantes kirchneristas ingresó al edificio de Todo Noticias (TN), donde rompieron bicicletas pertenecientes a trabajadores del canal. El hecho fue repudiado por periodistas y gremios de prensa.

Destrozos en el edificio de TN, bicicletas de los trabajadores vandalizadas.

Además, en zonas céntricas, hubo contenedores volcados, veredas dañadas y estructuras públicas vandalizadas, repitiendo un patrón ya visto en movilizaciones anteriores.

El operativo de seguridad y las reparaciones urbanas implican costos millonarios que salen del presupuesto público. Pero el daño más profundo fue el simbólico: la protesta política se convirtió en un atropello al ciudadano común, ajeno a las disputas judiciales y políticas.


Mientras un sector defiende a su líder condenada, miles de trabajadores ven vulnerado su derecho a circular, trabajar y volver a casa. La democracia permite protestar, pero no a costa del pueblo que trabaja.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *