Ozempic: ¿medicamento milagroso o herramienta con límites?

El Dr. Andrés Acosta, referente en tratamiento de la obesidad en la Mayo Clinic, advierte:

“Este medicamento no reemplaza una buena alimentación ni la actividad física. Funciona reduciendo el apetito, pero la dieta sigue siendo fundamental”.

Los expertos recomiendan una alimentación equilibrada, baja en calorías y rica en proteínas, junto con actividad física, para que el tratamiento sea realmente efectivo.

La FDA aprobó el uso de semaglutida en personas con:

  • IMC mayor a 30, o
  • IMC superior a 27, si presentan enfermedades vinculadas a la obesidad (como diabetes o hipertensión).

No todas las personas son candidatas: antecedentes médicos, embarazo o lactancia pueden contraindicar su uso. Además, investigaciones recientes sugieren que ciertas variantes genéticas influyen en la respuesta al medicamento.

El tratamiento puede resultar costoso y no siempre cuenta con cobertura de obra social o prepagas. Además, puede provocar efectos secundarios como náuseas, estreñimiento o diarrea. En raros casos se reportaron complicaciones más graves, como inflamación del páncreas o problemas renales.

Los especialistas subrayan que el uso de Ozempic requiere controles periódicos para evaluar avances y posibles ajustes en la dosis. Interrumpir el tratamiento sin haber cambiado los hábitos de vida puede llevar a recuperar el peso perdido.

Ozempic puede ser una herramienta útil, pero no es una solución milagrosa. La ciencia coincide en que el verdadero cambio se sostiene con alimentación saludable, ejercicio y acompañamiento médico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *