La presencia de cientos de integrantes del legendario club motero Hells Angels Motorcycle Club generó un ambiente de agitación este fin de semana en La Plata. Durante su estadía en la capital bonaerense para el evento anual del grupo, se registraron al menos dos enfrentamientos contra trapitos y repartidores que prendieron las alarmas en el centro de la ciudad.
El primer incidente ocurrió el viernes por la tarde, en la zona de calles 6 entre 48 y 49, cuando tres cuidacoches increparon a un motociclista del club. Lo que comenzó en gritos y empujones escaló rápidamente hacia golpes, y el hombre debió refugiarse en un comercio para evitar que la pelea fuera a mayores. Comerciantes y transeúntes contaron haber visto cómo la tensión crecía en cuestión de segundos.
Ya entrada la madrugada del sábado, otro episodio violento tuvo lugar en la rambla ubicada en 51 entre 5 y 6. Allí, motociclistas del club, trapitos y repartidores de aplicaciones protagonizaron una clara escena de golpes y patadas. Testigos grabaron parte del suceso, que concluyó con corridas por la zona y gritos de vecinos pidiendo calma.
Según se pudo saber, la razón de la llegada de los Hells Angels a La Plata está vinculada al desarrollo de un gran encuentro internacional del grupo motero, que permanecería en la ciudad hasta el domingo. Mientras tanto, vecinos, comerciantes y autoridades siguen evaluando los efectos de esta estadía: hoteles, bares y calles céntricas se vieron invadidos por chalecos de cuero, motos y una cultura ajena al orden urbano habitual.
La presencia del club —fundado en 1948— despierta además interrogantes sobre seguridad y convivencia urbana. La entrada de un evento motero de gran magnitud en una ciudad como La Plata demanda recursos de logística y control, y esta vez los choques callejeros fueron la señal de alarma.
Para la comunidad local, estas horas quedarán como una muestra del impacto que puede generar un “evento de motos” de escala internacional: ruido, disturbios, patrullajes reforzados y una ciudad que se ve obligada a reaccionar. Y mientras los visitantes del club motero continúan su estadía, los platenses y visitantes advierten que este fin de semana su centro histórico será recordado por tensión, adrenalina y la inesperada presencia de hombres y máquinas llegados de todas partes.
