Puerta cerrada, alerta abierta: la Técnica N°1 de Escobar sigue esperando respuestas

Pasar por la Escuela de Educación Técnica N°1 de Escobar se ha convertido en un golpe de realidad. Su puerta principal sigue cerrada desde la última gran tormenta que azotó la zona. No se trata de una escuela más: con más de 2.500 alumnos y una matrícula total que involucra a unas 5.000 personas entre familias, docentes y personal, esta institución es considerada por muchos una de las más importantes de la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, hoy funciona con una sola puerta habilitada para ingresar y salir. Una situación que no solo resulta irregular, sino potencialmente trágica.

El protocolo de evacuación escolar establece claramente que, ante una emergencia, los estudiantes deben abandonar el edificio por dos accesos diferentes, para concentrarse en dos zonas seguras: la plaza principal y el predio cercano al polideportivo.
Pero con un acceso inhabilitado, ese protocolo no puede cumplirse.

Y lo más preocupante: desde la pandemia no se realiza ningún simulacro de evacuación. En una institución con miles de alumnos y talleres industriales, la falta de práctica ante emergencias se vuelve un riesgo concreto.

Mientras las clases continúan con normalidad, nadie parece hacerse cargo.
El Consejo Escolar, responsable del mantenimiento edilicio, no ha ofrecido soluciones visibles.
El Municipio de Escobar, que debería acompañar ante un problema que afecta la seguridad pública, permanece en silencio.

El nuevo equipo directivo, que asumió tras la jubilación del anterior, tampoco comunicó ningún plan de acción ni medidas preventivas.
¿Se espera que todo siga igual hasta que ocurra una tragedia?

La comunidad educativa, integrada por familias, estudiantes y docentes, también guarda silencio.
Ni los sindicatos docentes, ni el centro de estudiantes, ni el cuerpo de profesores han manifestado públicamente su preocupación.
Paradójicamente, cuando se trata de un paro docente, el acatamiento y la organización son inmediatos. Pero cuando está en juego la seguridad de todos, la reacción brilla por su ausencia.

Las fallas edilicias en la Técnica N°1 no son novedad.
Techos con goteras, instalaciones eléctricas obsoletas, baños clausurados y promesas que nunca se concretaron forman parte del mismo panorama.
La puerta cerrada es solo el síntoma más visible de una desidia estructural que atraviesa la educación técnica pública desde hace años.

La situación se vuelve aún más urgente con la Feria de Ciencias, que se realizará los días 28, 29 y 30 de octubre, evento que reunirá a cientos de visitantes, entre estudiantes, docentes, familias y público general.
¿Cómo se controlará una emergencia con un solo acceso operativo?
¿Quién se hará responsable si ocurre lo que todos prefieren no imaginar?

Cerrar una puerta puede parecer un detalle menor, pero cuando esa puerta es una vía de escape ante una emergencia, se convierte en una amenaza silenciosa.
La prevención no puede esperar a la tragedia.
El tiempo de mirar hacia otro lado ya pasó: la Técnica N°1 necesita respuestas urgentes, no excusas burocráticas.

Porque cuando todo está dicho, el silencio también es una forma de abandono.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *