Hoy, 30 de noviembre, levantamos el termo y la bombilla para homenajear a nuestro compañero fiel. Desde la historia del caudillo guaraní que impulsó su consumo hasta los secretos para que no se lave a la primera cebada.
Si hay algo que une a los argentinos, más allá de las diferencias, es el mate. Está en la oficina, en la plaza, en el estudio y en la sobremesa del domingo. Hoy celebramos el Día Nacional del Mate, una fecha que va mucho más allá de beber yerba con agua caliente: celebramos la identidad, el compartir y nuestra historia.
¿Por qué el 30 de noviembre?
La fecha no es caprichosa. Fue establecida por ley en 2014 para conmemorar el nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas (1778), popularmente conocido como «Comandante Andresito».
Este caudillo guaraní no solo fue el único gobernador indígena de la historia argentina (al frente de la Provincia Grande de las Misiones entre 1815 y 1819), sino que fue un pionero en la defensa de nuestra industria. Andresito fomentó la producción local de yerba mate y protegió el mercado interno frente a la importación extranjera. Básicamente, fue el primer gran defensor de que el mate llegue a todos los hogares de las Provincias Unidas.
El Mate en Números
Para dimensionar nuestra pasión: según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en Argentina se consumen cerca de 100 litros de mate por persona al año, superando ampliamente al agua embotellada y las gaseosas. Está presente en más del 90% de los hogares.
5 Maneras de Prepararlo (y salir de la rutina)
Aunque el «amargo» es el rey, el mate es versátil. Aquí te dejamos cinco variantes para probar hoy:
- El Clásico Amargo (El Purista): La clave aquí es la temperatura del agua (nunca hervida, ideal entre 75° y 80° C). Se debe agitar el mate para quitar el exceso de polvo y dejar la yerba inclinada a 45° para empezar a cebar por el lado vacío.
- Mate con «Yuyos» (El Serrano): Ideal para la digestión o para darle un toque fresco. Se puede agregar peperina, menta, burrito o cedrón. El secreto es poner las hierbas mezcladas con la yerba o un poco en el fondo, no solo arriba, para que el sabor dure.
- Mate Dulce con Cáscaras (El de la Abuela): Para quienes el amargo es muy fuerte. En lugar de azúcar directa (que puede tapar la bombilla), probá endulzar el agua con un poco de miel o stevia, y agregá cáscaras secas de naranja o limón dentro del mate para un aroma cítrico inigualable.
- Mate de Leche (El Reconfortante): Un clásico de las tardes de invierno o días lluviosos. Se prepara con leche tibia y endulzada en lugar de agua. A menudo se le agrega coco rallado y un toque de canela.
- Tereré (Para el calor que se viene): Aunque es el rey del Paraguay y el Litoral, en Escobar cada vez se ve más. Jugo de frutas (naranja, pomelo o limonada) con mucho hielo. Aquí la yerba debe ser de molienda más gruesa para que no se tape la bombilla con el agua fría.
El consejo de oro para este domingo
No importa cómo lo tomes, lo fundamental es que no se inunde. Respetar la «montañita» de yerba seca a un costado asegura que el sabor se mantenga parejo y el mate rinda mucho más.
¡Feliz día, materos! Y ustedes, ¿cómo lo prefieren?

