El pasado domingo, un niño de nueve años llamado Martiniano, sufrió una caída de 4 metros desde un inflable en una fiesta en Mercedes, provincia de Buenos Aires, resultando en un severo traumatismo de cráneo y politraumatismos.
A pesar de la urgencia del caso, la Policía Bonaerense -que depende del ministro de Seguridad, Javier Alonso- y el ministerio de Salud de la provincia, que conduce Nicolás Kreplak- negaron en dos ocasiones el uso del helicóptero sanitario para su traslado a un centro especializado.
Martiniano fue inicialmente atendido en el hospital Blas L. Dubarry, donde fue sometido a una neurocirugía de emergencia. A pesar de la gravedad de su estado, las autoridades no autorizaron el helicóptero sanitario, argumentando que dicho recurso solo está disponible para agentes policiales, sus familiares o presos. La falta del traslado aéreo obligó a que el niño fuera trasladado por tierra desde Mercedes hasta el hospital Garrahan en la madrugada del lunes, en estado crítico.
Esta situación reaviva una discusión que ha estado presente en la provincia desde hace varios años. En 2011, se adquirió un helicóptero sanitario bajo la gestión de Daniel Scioli, diseñado para atender emergencias médicas complejas. Sin embargo, en los últimos años, el gobierno provincial ha priorizado su uso para la Policía Bonaerense y para traslados políticos. En 2023, el gobierno de Axel Kicillof decidió gastar 6 millones de dólares para reacondicionar el helicóptero en Estados Unidos, pero desde su regreso ha sido utilizado únicamente en operativos policiales.
El caso de Martiniano evidencia la falta de recursos y de priorización del sistema sanitario en la provincia de Buenos Aires. Mientras el gobierno provincial tiene helicópteros de alta gama para el uso del gobernador Axel Kicillof, no hay un helicóptero excepcionalmente dedicado a emergencias médicas civiles. Este vacío ha costado vidas y ha generado indignación entre los ciudadanos damnificados, que ven cómo las decisiones políticas afectan directamente la atención médica en situaciones de vida o muerte.
Actualmente, Martiniano continúa luchando por su vida en el Garrahan y la comunidad de Mercedes mantiene una cadena de oración esperando su recuperación. La falta de recursos sanitarios y la negligencia en la gestión del traslado aéreo abren nuevamente el debate sobre las prioridades del gobierno bonaerense en temas de salud y seguridad.
(Realpolitik)