Si los títulos enviados a los colegios secundarios dejaron a muchos en shock, cabe señalar que los materiales didácticos que la Dirección de Educación de la provincia de Buenos Aires destina a las clases de educación sexual para niños desde los 4 años no le van en saga.
Los textos e imágenes que se muestran en esta nota integran el material didáctico que llegó la semana pasada a muchos establecimientos de la provincia de Buenos Aires y que se vienen distribuyendo a lo largo del año. Integran una colección llamada “ESI en las escuelas bonaerenses, más derechos en las Aulas”.
Alberto Sileoni defendió la lista de libros enviados a los colegios secundarios diciendo que era literatura, que estaban destinados al ciclo orientado, es decir de 3° a 5° año y que su uso era mediado o supervisado por el docente.
Pero una recorrida por los libros y materiales destinados a la ESI en nivel inicial y en primaria también impacta por dos motivos: primero, que todo el contenido tiene un enfoque queer: el sexo biológico es casi un accidente; segundo, la inadecuación de la temática a las edades a las que está destinada.
En primer lugar, todos los documentos que envía la Dirección de Educación Sexual Integral (DESI) están en inclusivo, un lenguaje no académico que la escuela no debería promover.
La lista de materiales incluye 21 libros, la mitad de ellos destinados a los alumnos y el resto a la formación docente. El objetivo de la Dirección General de Cultura y Educación es llegar a distribuir más de un millón de ejemplares a todas las escuelas de la provincia.
El listado contiene “herramientas pedagógicas” para abordar “temáticas de relevancia” y “contenidos ineludibles”, que deben ser abordados “tanto con las y los estudiantes, como así también entre las y los docentes”. Los libros han sido seleccionados con la intención de “formar lectoras y lectores críticos, atentas y atentos a la perspectiva de derechos, la equidad de género, el respeto por la diversidad, la afectividad y la pedagogía del cuidado”, definidos como los 5 ejes de la ESI.
Uno de los cuentos para “estudiantes de inicial y primaria (Primer ciclo)”, es decir niños de 4 a 7 años, se titula “Rey y Rey”, y es una suerte de recreación de la Cenicienta. Trata de “las peripecias de un príncipe apremiado por su familia a elegir esposa”, pero que “ve pasar decenas de princesas y ninguna le convence hasta que aparece una con su hermano”, y entonces el príncipe “se enamora del joven, siendo correspondido”. Un texto que permite “mostrar las diversas configuraciones familiares a partir de un cuento de amor”.
“Otra Caperucita Roja” -mismo target- es un texto feminista y deconstructor. “Garantizar la equidad de género – Cuidar el cuerpo y la salud” son los objetivos de ESI que cumple este libro, que también es una reversión del clásico que permite “trabajar el rechazo al androcentrismo y al patriarcado como modelos de sociedad”, explican.
Estamos en un país que hace décadas superó el patriarcado en todos los planos: no existen en la Argentina leyes patriarcales, es decir, leyes que consagran la superioridad del varón sobre la mujer. Pero la ESI debe enseñar una supuesta desigualdad de género desde nivel inicial.
Con este libro, dicen, “se reflexiona sobre el esquema repetitivo de los cuentos infantiles en el cual las protagonistas son mujeres a las que se les instaura el temor y que siempre hay un hombre que las salva…”.
Se podría señalar que hay varios títulos de cuentos infantiles muy tradicionales donde el temor es inculcado a ambos géneros, como Hansel y Gretel. También Pinocho la pasaba mal, o los tres chanchitos que el lobo se quería comer…
“El mar y yo” es la historia de “una niña que está atravesando una transición de género”. Destinatarios: niños de inicial y primaria. Dice el documento que “este cuento [es] una invitación a bucear en la libertad de las infancias (sic) y a imaginar posibilidades infinitas” y “a través de sus páginas, se abordan temas como la identidad de género”.
Se deja de lado una regla de oro de la educación sexual infantil: no dar más información que la que los niños piden. Responder solo aquello que preguntan. ¿Está la transición de género entre las preocupaciones de niños de jardín de infantes o de los primeros grados de primaria?
El material didáctico “Pido gancho” contiene propuestas de actividades para la clase “tendientes a derribar modelos hegemónicos”. Traducción: cuestionar la heterosexualidad.
“Género y nuevas masculinidades en la clase de educación física” es el subtítulo, porque la ESI, vale recordar, es transversal, tiene que estar presente en todas las disciplinas.
Con este material se busca diferenciar claramente sexo biológico de orientación sexual y de identidad sexual. O sea, el género es algo que cada individuo decide por sí mismo, y poco y nada tiene que ver con el sexo que fue “asignado” al nacer. O sea, impuesto.
“Las identidades disidentes -dice el texto que acompaña las ilustraciones- son aquellas formas de autopercepción que están por fuera de la idea tradicional de la binariedad y la heterosexualidad. Por ejemplo, las personas homosexuales, travestis o transgénero”.
Y agregan: “La identidad de género es la construcción de la autodeterminación en relación con la sexualidad. Las personas no siempre reflejamos una concordancia con nuestro sexo biológico. Es así que debemos entenderla de una manera amplia y móvil, que excede exclusivamente a la genitalidad definida por el binomio hombre-mujer”.
Finalmente, el texto aclara que estas cuestiones son “parte de las vivencias de nuestros/as estudiantes”. Esa sería la justificación para incluirlas en estos materiales.
Otro título propuesto, “Identidades. Niñez, adolescencia e identidad de género”, es un libro-juego que permite ir “levantando y combinando piezas de las maneras más diversas”. De este modo “se trabaja la libertad de autopercibirse, proporcionando imágenes de cuerpos diversos”. Esto permite ponerle genitales masculinos a una niña o, viceversa: femeninos a un varón.
La idea que se transmite es que la transición de género es un juego de niños, aunque los promotores de la ESI dicen que ésta transmite conocimiento científicamente validado.
Sobre este tema sí existe ese conocimiento: el del Informe Cass, elaborado por pediatras ingleses, que concluye que se ha estado usando bloqueadores de pubertad y hormonas en menores de edad de modo experimental, sin la suficiente evidencia, y que esos tratamientos tienen graves efectos secundarios y causan daños irreversibles. Esto llevó al gobierno británico a prohibir el uso de bloqueadores de pubertad y a eliminar la ideología de género de los contenidos de la educación sexual.
Sileoni dice que la ESI no promueve el transgenerismo. Lo que se busca, como señala el documento oficial que acompaña la lista de materiales, es “interrogarse sobre los roles de género” y “nuevas formas de masculinidad y femineidad”.
Hay textos destinados a hablar de la diversidad de los cuerpos, o de la aceptación de lo diferente, pero curiosamente nada referido a las relaciones heterosexuales, a la concepción, la gestación, el nacimiento. No se habla de los aparatos reproductivos masculino y femenino.
El primer texto de la lista destinado a los docentes se titula: “TRANS-formando la ESI. Por una Educación Sexual Integral para todes”. Este material apunta a “garantizar la equidad de género”, entre otras cosas. ¿Acaso la equidad de género no está ya garantizada en este país?
Las autoras del texto “nos presentan en este libro el camino de deconstrucción que inician desde ellas mismas, la necesidad de aprender, cuestionarse, para luego poder enfrentar a las instituciones y a la sociedad, explicando y enseñando de qué se habla cuando se habla de niñeces trans”, explica el documento.
Otros títulos para los docentes son “Educación Sexual Integral con perspectiva de género. La lupa de la ESI en el aula”; “Educación Física: rupturas y avances. Propuestas para implementar la ESI”; “Diversidad y Género en la Escuela”; “Lenguaje Inclusivo y ESI en las aulas”, etc.
Entre los materiales pedagógico-didácticos, “Infancias Libres” propone “actividades para educación en géneros”, como el desarrollo de diversos talleres “afirmando que la construcción de los géneros nos atraviesa a todas y todos”.
También distribuyen un juego, llamado “Nos”, para niños de primaria, a los que se invita a “explorar y cuestionar las representaciones tradicionales de género y cuerpo”.
“A través de solapas y combinaciones, permite crear y recrear personajes, desafiando los estereotipos binarios y fomentando la imaginación”.
La idea es “romper con las limitaciones impuestas por las normas de género”. “Nos” es “una obra que celebra la diversidad, la creatividad y la libertad de construir nuestra propia identidad…”, etc.
Lo llamativo en este caso son las ilustraciones, por demás ambiguas. Un menor bañándose con un adulto. Una niña bailando con un señor. Y obviamente dos varones, niños, “conociéndose”.
(Infobae)