El presidente Javier Milei y el gobernador Axel Kicillof protagonizaron un cruce feroz en redes sociales por la política cambiaria y los fondos para seguridad, mientras la violencia en las calles sigue cobrándose víctimas y ninguno de los dos parece ofrecer soluciones concretas.
Todo comenzó con una columna de Kicillof publicada en Infobae, en la que el mandatario provincial cuestionó el rumbo económico del Gobierno nacional, asegurando que “nada producido en Argentina es rentable” y que el modelo actual está llevando al país a la primarización de su economía. En respuesta, el diputado José Luis Espert, uno de los principales voceros del oficialismo en temas económicos, atacó con dureza al gobernador, tildándolo de “ignorante” y “comunista”, y descalificando sus argumentos.
Milei no tardó en sumarse a la discusión, compartiendo el mensaje de Espert con su propio comentario, en el que calificó a Kicillof como el “Rey SADIM” (inversión de “MIDAS”), argumentando que todo lo que el gobernador toca “lo convierte en excremento”. Lejos de quedarse callado, Kicillof replicó con otro extenso posteo en la red social X, acusando al Gobierno de desatender las necesidades de los bonaerenses y de implementar una política económica que “pulveriza jubilaciones, salarios y empleo”.
Pero en medio de esta batalla de egos y descalificaciones, la realidad en la provincia de Buenos Aires es otra. La inseguridad sigue siendo una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, con robos violentos y homicidios que se multiplican a diario. Kicillof aprovechó su respuesta para recordar que le había solicitado una reunión a Milei para discutir la crisis en materia de seguridad y el recorte de $750.000 millones en fondos que estaban destinados a reforzar las fuerzas policiales. Sin embargo, según el gobernador, su pedido quedó sin respuesta.
“Mientras ustedes se cruzan en redes sociales, a los bonaerenses los siguen matando”, expresaron indignados vecinos de distintas localidades que sufren a diario la falta de patrulleros, la escasez de agentes y el crecimiento del delito. La discusión política parece estar más enfocada en la pelea de modelos y en los insultos personales que en brindar soluciones reales a los problemas urgentes de la provincia.
El cruce también tuvo espacio para referencias insólitas, como el “Índice Big Mac” de la revista The Economist, utilizado por Kicillof para hablar del supuesto atraso cambiario. Espert, por su parte, intentó desmentir esa afirmación con una serie de argumentos técnicos sobre la economía no transable y la presión impositiva. El gobernador, en su respuesta, ironizó sobre el tema y señaló que el consumo de carne en Argentina se encuentra en el nivel más bajo de los últimos 100 años, una situación que vinculó con la pérdida del poder adquisitivo de la población.
Pero más allá de las cifras y los tecnicismos, lo cierto es que el debate entre el presidente y el gobernador sigue girando en torno a una competencia política en redes sociales, mientras los problemas reales siguen sin resolverse. Los bonaerenses siguen siendo rehenes de una disputa interminable en la que nadie parece dispuesto a hacerse cargo. Porque al final del día, más allá de las frases ingeniosas en Twitter, el delito no se combate con tuits, sino con decisiones concretas.