A pocas horas de la apertura de sesiones legislativas, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner salió al cruce del discurso del presidente Javier Milei con una serie de declaraciones en redes sociales. En un extenso mensaje, la exmandataria cuestionó los datos económicos presentados por el jefe de Estado y sugirió que sus palabras anticipan una posible devaluación.
“Sos muy negador”, afirmó la titular del Partido Justicialista (PJ) en su publicación, en la que calificó como un “desastre” la situación económica del país y criticó el ajuste aplicado por el Gobierno. Según Kirchner, la reducción del gasto fiscal que exhibió Milei como un logro es en realidad un “desequilibrio social” logrado a costa de recortes en jubilaciones, educación, salud pública y provincias.
En su descargo, la exmandataria hizo referencia a la polémica en torno a la criptomoneda $LIBRA, que involucra a asesores del presidente y que, según ella, Milei evitó mencionar en su discurso. “Ni una palabra sobre la cripto estafa que te tiene como protagonista estelar”, expresó.
Otro de los puntos centrales del análisis de Kirchner fue la percepción de la realidad que, a su criterio, mostró el presidente en su intervención. “No sé qué festejás, esto es un desastre”, sentenció, al tiempo que sostuvo que los precios siguen en alza y los salarios en caída, afectando el poder adquisitivo de los trabajadores.
Además, la expresidenta vinculó las palabras de Milei con la posibilidad de una futura devaluación. “En mi barrio y en Argentina, a eso le decimos devaluación”, apuntó en relación a la afirmación del mandatario sobre la existencia de “altos y bajos” en el plan económico. En ese sentido, consideró que la estabilidad cambiaria actual se sostiene artificialmente y que los anuncios de un nuevo acuerdo con el FMI serían una señal de cambios en el tipo de cambio.
Kirchner cerró su mensaje con una crítica al contexto en el que se dio el discurso presidencial, resaltando la presencia de un fuerte operativo policial en las calles y la ausencia de público en el recinto legislativo. “Las calles vacías y llenas de policías, el Congreso desierto y el ruido de las cacerolas… tuve la impresión de que diste vuelta el reloj de arena”, concluyó la exmandataria.
