La carga impositiva y los costos adicionales reducen el salario real de los trabajadores a un 36,84%. Empresarios piden una reforma laboral urgente. Los empleados de comercio ven cómo sus salarios se reducen a menos de la mitad debido a impuestos, aportes a gremios y cámaras empresariales, y otros costos adicionales, según estimaciones de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM). De un total de $1.241.189 que representa el costo total de un trabajador, solo $457.312 terminan en manos del empleado, lo que refleja una pérdida significativa de poder adquisitivo.
El impacto de los impuestos y las cargas sociales
A pesar de las paritarias y los aumentos salariales acordados, el verdadero valor del salario para el trabajador se ve seriamente mermado por una serie de deducciones y aportes. Entre los más relevantes están los aportes al Instituto Argentino de Capacitación Profesional y Tecnológica para el Comercio (INACAP), los seguros obligatorios, y una contribución adicional a la obra social OSECAC, que a pesar de haber sido instaurada durante la pandemia, sigue vigente hoy.
Según CADAM, el salario real, después de deducir todos estos costos, se reduce al 36,84% de lo aportado por el empleador. Esto es especialmente grave cuando se consideran las constantes alzas en los impuestos que afectan tanto a empresarios como a empleados, como el IVA (21%) y los ingresos brutos (13%) que se aplican en la cadena de comercialización.
Un sistema que no favorece a los productores nacionales
El panorama para las empresas nacionales se complica aún más en un contexto donde, por un lado, el gobierno abre las importaciones, permitiendo que productos del exterior ingresen sin restricciones significativas. Esto, sumado a la sobrecarga impositiva y a los altos costos laborales internos, hace cada vez más difícil para las pymes nacionales competir con los productos importados, que llegan a precios más bajos.
El gobierno, que en su campaña electoral prometió reducir los impuestos que ahogan a los empresarios nacionales, ha sido incapaz de cumplir con esa promesa. Si bien se ha logrado una baja en algunos tributos, aquellos que impactan directamente sobre la competitividad de las empresas nacionales siguen sin modificaciones significativas. Los impuestos sobre la producción, las cargas sociales y las contribuciones obligatorias siguen siendo elevados, lo que coloca a los comerciantes locales en una situación de vulnerabilidad frente a los productos importados.
La contradicción del gobierno: abrir las importaciones sin aliviar la carga interna
El gobierno no sólo ha mantenido estos impuestos altos, sino que también ha fomentado la apertura de importaciones, lo cual crea un entorno cada vez más desfavorable para las empresas nacionales que luchan por mantenerse a flote. Mientras se permite la llegada de productos baratos del exterior, las empresas locales se ven obligadas a afrontar costos insostenibles, haciendo aún más difícil su supervivencia en un mercado cada vez más globalizado.
En su campaña, el gobierno había asegurado que los impuestos eran un “robo” y que trabajarían para reducirlos, pero hasta ahora, los sectores más críticos para la producción nacional siguen sin recibir la atención prometida. Esta situación ha llevado a una creciente informalidad laboral, un aumento en los costos de los productos nacionales y una clara disminución en la competitividad.
Necesidad urgente de reforma
Frente a esta situación, desde CADAM reclaman una urgente reforma laboral que elimine los costos y los impuestos que, según afirman, están ahogando a las pymes y reduciendo la competitividad del mercado nacional. Sin una reducción real de los impuestos y una política que favorezca a la producción local, el futuro de las empresas nacionales parece incierto, mientras los productos importados continúan ganando terreno.
Este contexto no solo afecta a los empresarios, sino también a los empleados, quienes ven cómo su salario se ve erosionado por una carga impositiva cada vez más pesada. Mientras tanto, el panorama económico sigue siendo incierto y las soluciones propuestas por el gobierno parecen alejarse de las verdaderas necesidades del sector productivo nacional.