Un trágico episodio ocurrió en la madrugada del viernes sobre la Avenida Rivadavia, a la altura de José Barabino, en la localidad de San Antonio de Padua. Cristian Oscar Campal, de 45 años, murió de forma inmediata tras chocar contra un poste, luego de ser rozado por un auto que lo desestabilizó. El conductor, un joven de 20 años, se dio a la fuga y fue arrestado horas más tarde.
Campal, quien se dirigía a su trabajo como personal de seguridad en el Hospital Posadas, circulaba en su moto Motomel 150cc cuando fue tocado en el lateral por un Volkswagen Gol Trend rojo. Producto del impacto, perdió el control del rodado y terminó colisionando contra una columna de una cámara de seguridad. Su esposa, Natalia Quiroga, llegó poco después y reconoció el cuerpo en el lugar.
El conductor del auto, identificado como Sebastián Ismael Calderón, pasó el semáforo en rojo, desaceleró unos metros, pero luego volvió a acelerar y escapó hacia Castelar. Toda la secuencia quedó registrada por cámaras de seguridad. Una vez en su casa, estacionó el vehículo y se fue a dormir.
La detención fue ordenada por el fiscal Claudio Oviedo, titular de la UFI N.º 5 de Morón, y autorizada por el juez de Garantías Jorge Rodríguez. Calderón fue arrestado en su domicilio por efectivos de la Comisaría 2.ª de Merlo. Se lo imputó por homicidio culposo agravado por la fuga y por no asistir a la víctima, delito que prevé una pena de 2 a 5 años de prisión. Al momento de ser indagado, el joven se negó a declarar.

Quién era Cristian Campal
Campal era muy querido por su comunidad. Profesor de taekwondo, dictaba clases a niños desde los 4 años en un salón local. Fanático de Racing y de La Renga, trabajaba en el Hospital Posadas desde 2009, y desde hace más de una década formaba parte del sector de seguridad.
El hospital lo despidió con un emotivo mensaje en redes: “Fue una persona muy respetuosa, comprometida con su trabajo y muy querida por sus compañeros. Dejó una marca profunda por su calidez y dedicación cotidiana”.
También se multiplicaron los mensajes de despedida. Uno de ellos recordó una situación de humanidad: “Me dejó pasar sin límite de tiempo a ver a mi papá internado. Me dijo que iba a estar todo bien. Esa mirada calmó todo. Lo lamento profundamente”.
Cristian Campal dejó a su esposa y cuatro hijas de 23, 21, 15 y 11 años.

