Helicobacter pylori: la bacteria “silenciosa” que preocupa en Argentina y puede derivar en cáncer gástrico

La Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), junto con la Federación Argentina de Endoscopía (FAGE), la Federación Argentina de Endoscopía Digestiva (FAAED) y el Club Argentino del Estómago y Duodeno (CADED), encabezan esta iniciativa de concientización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya catalogó a esta bacteria como carcinógeno tipo 1, es decir, un agente con evidencia comprobada de causar cáncer.

Se estima que entre 4 y 5 de cada 10 argentinos están infectados por esta bacteria, que se aloja en el estómago. Aunque no siempre da señales, los médicos destacan que es la principal causa de gastritis crónica y de cáncer gástrico en el mundo.

Si bien no se conoce con precisión su forma de transmisión, suele asociarse a condiciones de higiene deficientes y a la transmisión intrafamiliar.

La buena noticia es que detectarla es sencillo, gracias a métodos no invasivos como el test del aliento, estudios de materia fecal o, en casos específicos, biopsias durante una endoscopía.

El tratamiento es fundamental incluso en personas sin síntomas, justamente por el riesgo que implica su permanencia en el organismo. Los esquemas actuales combinan 2 o 3 antibióticos durante 10 a 14 días, y en la mayoría de los casos logran una erradicación superior al 90%.

“Una vez eliminada, el estómago recupera su equilibrio natural y disminuye el riesgo de procesos inflamatorios y precancerosos”, explicaron desde el Registro Argentino Helicobacter pylori, liderado por el Dr. Oscar Laudanno, que reúne investigadores de distintas provincias del país.

En países como Japón o Corea del Sur, donde el cáncer gástrico es muy frecuente, ya existen políticas públicas para detectar y tratar esta infección de manera masiva. En Europa también se están implementando estudios poblacionales.

En Argentina aún no hay un plan nacional de prevención, bajo la idea de que el cáncer gástrico es relativamente poco común. Sin embargo, los especialistas advierten que, con el envejecimiento de la población y la convivencia de comunidades con mayor predisposición, el número de casos podría aumentar en los próximos años.

Por eso, los expertos recomiendan que toda persona diagnosticada reciba tratamiento, aun sin síntomas, como parte de una estrategia integral para reducir la incidencia del cáncer gástrico en nuestro país.

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