La Asociación de Industriales Pymes Argentinos (IPA) lanzó un fuerte llamado de atención al Gobierno por el deterioro de la economía real. Según su último informe de coyuntura, la capacidad instalada de las fábricas se encuentra por debajo del 60%, lo que refleja un escenario crítico pese al repunte exportador del primer semestre.
El titular de IPA, Daniel Rosato, sostuvo que “el plan financiero del derrame nunca llegó y la crisis dejó casi sin respirar a las fábricas”. En ese sentido, alertó que la falta de medidas que atiendan a la microeconomía “genera consecuencias imposibles de manejar socialmente”.
Producción en retroceso y empleo en riesgo
El documento describe un panorama alarmante: de cada diez máquinas, cuatro permanecen paralizadas; las importaciones crecen aceleradamente mientras se anticipa una “avalancha” en los próximos meses; y la producción nacional continúa en caída. En paralelo, se registra un aumento del desempleo y una contracción del consumo interno.
En los últimos 18 meses se perdieron 272.880 empleos formales, lo que expone el fuerte impacto de la recesión sobre el mercado laboral.
Superávit en baja y consumo deprimido
De acuerdo con el Observatorio IPA, el superávit comercial acumulado hasta julio cayó un 64% interanual, con USD 5.071 millones frente a los USD 14.075 millones del mismo período de 2024. Las importaciones crecieron un 32%, mientras que las exportaciones apenas avanzaron un 6%, alcanzando el peor desempeño en una década.
La utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en 58,2%, con caídas significativas en sectores clave como el automotriz (-8,1%) y el químico (-5,8%).
En tanto, el consumo interno sigue deprimido: las ventas cayeron un 9% y el canal mayorista acumula dos años consecutivos en retroceso. Aunque los supermercados lograron ocho meses de crecimiento, el repunte resulta insuficiente para revertir la caída histórica.
Mirada hacia adelante
De cara al futuro, el informe prevé un escenario post-electoral decisivo para sostener la estabilidad macroeconómica. Sin embargo, advierte que los próximos meses estarán marcados por una alta volatilidad y presión sobre el poder adquisitivo, lo que mantiene en alerta a las pymes y al conjunto de la industria nacional.

