Día Mundial del Cáncer de Mama: la importancia de la detección y los cuidados después de los 70 años

En Argentina, se diagnostican cerca de 22.000 nuevos casos por año, y uno de cada tres ocurre en mujeres mayores de 70 años. El envejecimiento poblacional y la mayor expectativa de vida explican, en buena medida, el incremento de casos en esta franja etaria.

A medida que pasan los años, las comorbilidades —como enfermedades cardíacas, metabólicas o renales— pueden influir en la elección del tratamiento. Por eso, la participación de equipos multidisciplinarios y la figura del oncogeriatra se vuelven claves para evaluar el estado funcional de cada paciente y definir estrategias que prioricen tanto la eficacia oncológica como la calidad de vida.

“El cáncer de mama en mujeres mayores de 70 años representa más de un tercio de los nuevos diagnósticos. Esto responde al envejecimiento poblacional y a una mayor exposición hormonal acumulada con el paso del tiempo”, explican desde el Centro Mamario del Instituto Alexander Fleming (IAF).

La mayoría de los casos en esta edad corresponden a tumores luminales, que suelen responder muy bien a los tratamientos hormonales, una alternativa eficaz y menos invasiva que la quimioterapia.

En las últimas dos décadas, la tasa de mortalidad por cáncer de mama en Argentina descendió alrededor de un 1% anual, aunque aún se registran unas 5.700 muertes por año. El riesgo de fallecer aumenta después de los 80 años, no tanto por la agresividad del tumor, sino por la fragilidad del organismo y la coexistencia de otras enfermedades.

Especialistas del IAF aclaran que el cáncer de mama no es necesariamente más peligroso después de los 70, pero sí requiere una mirada personalizada y equilibrada. “El objetivo es evitar tanto el sobretratamiento como el subtratamiento. La edad cronológica no debe ser el único factor para decidir una terapia; hay que evaluar la edad funcional, el estado general y las expectativas de cada paciente”, remarcan.

La prevención y detección temprana siguen siendo las herramientas más poderosas.

  • Desde los 40 años, se recomienda una mamografía anual.
  • En mujeres con mamas densas o antecedentes familiares, se puede complementar con ecografía o resonancia magnética.
  • Ante cualquier síntoma —bultos, secreciones o cambios en la piel— es fundamental consultar de inmediato.

El diagnóstico temprano ofrece excelentes perspectivas: la tasa de supervivencia a cinco años supera el 99% en estadios iniciales.

“El mayor desafío es encontrar el equilibrio entre un tratamiento eficaz y una buena calidad de vida. Aun en mujeres mayores, las posibilidades de curación son muy altas si el tumor se detecta a tiempo”, destacan las especialistas del Instituto Alexander Fleming, una de las instituciones de referencia en el abordaje integral del cáncer de mama en la Argentina.


Fuente: Instituto Alexander Fleming (IAF)

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