La inflación volvió a mostrar señales de aceleración durante octubre, impulsada principalmente por el aumento en los precios de los alimentos y bebidas, uno de los rubros que más afecta al bolsillo de los argentinos.
Según estimaciones de distintas consultoras privadas, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría cerrar el mes con una suba cercana al 2,5%, por encima del 2,1% registrado en septiembre.
Los incrementos más marcados se dieron en productos básicos, como lácteos y huevos, que subieron más de un 8% en el último mes, y en panificados, cereales y pastas, con un aumento de casi 5%. En tanto, las bebidas e infusiones tuvieron un alza más moderada, del 2,3%.
Los economistas coinciden en que la inflación se mantiene firme, a pesar de la relativa estabilidad del dólar. La consultora LCG señaló que los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas vienen subiendo alrededor de 1% por semana, lo que representa un 3% mensual.
Por su parte, el economista Gonzalo Carrera, de la consultora Equilibra, explicó que la suba se concentra en alimentos “no estacionales”, como la carne, y advirtió que la tendencia podría continuar en noviembre.
El Gobierno nacional mantiene su previsión de inflación acumulada en 24,5% para 2025, según el proyecto de Presupuesto 2026 enviado al Congreso. Sin embargo, varios analistas dudan de que ese objetivo pueda cumplirse si los precios regulados —como transporte, gas y electricidad— continúan ajustándose.
A partir del 1° de noviembre, se sumarán nuevos aumentos en el subte y el transporte público del AMBA, que impactarán en el costo de vida de los hogares.
El escenario inflacionario, aunque lejos de los niveles de crisis del año pasado, sigue siendo uno de los principales desafíos económicos del país y una preocupación constante para los consumidores.

