Los fuegos artificiales son protagonistas en las celebraciones de fin de año. Sin embargo, se han realizado estudios para evaluar sus efectos en la calidad del aire y, por tanto, su impacto en la salud de las personas. Los resultados.
La utilización de fuegos artificiales en celebraciones como la Navidad y Año Nuevo es una fuente importante de los llamados contaminantes atmosféricos antropogénicos, es decir aquellos que causan los seres humanos, lo que provoca un incremento significativo en la concentración de material particulado (PM) en el ambiente durante y tras los festejos.
La exposición a corto plazo a la PM relacionada con la pirotecnia podría agudizar enfermedades respiratorias, como el asma, y desencadenar problemas cardiovasculares, además de reducir la función pulmonar, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). En ese sentido, los niños, ancianos y personas con condiciones preexistentes son especialmente susceptibles a los efectos adversos de las emisiones vinculadas a los fuegos artificiales.
Impacto en la salud
Según reveló un estudio de la Universidad de Birmingham y el Health Effects Institute de Boston, publicado en la revista Atmospheric Research, los niveles de PM suelen retornar a su estado base en un lapso de 24 horas.
El autor principal del informe, Ajit Singh de la Universidad de Birmingham, señaló que además de los fuegos artificiales, las plantas de energía y vehículos pueden aumentar los niveles de PM y afectar negativamente la calidad del aire y la salud humana. La investigación también encontró que ciertas condiciones meteorológicas durante eventos pirotécnicos en otoño e invierno —como en las fiestas navideñas del hemisferio norte—, cuando se presentan bajas temperaturas y escasa velocidad del viento, favorecen la acumulación de contaminantes. Además, la pirotecnia de suelo expone directamente a las personas a los vapores metálicos de artículos como las bengalas.
Por su parte, el coautor Francis Pope, profesor en la Universidad de Birmingham, destacó que “la alta carga de PM producida por la combustión de fuegos artificiales puede llevar a una pérdida de visibilidad de entre un 10% y un 92%”. Reconoció, sin embargo, la dificultad de generalizar acerca de los procesos atmosféricos subyacentes debido a las distintas condiciones meteorológicas que prevalecen en las diversas temporadas cuando se realizan estos eventos.
Una revisión de diversas investigaciones muestra que la exposición a corto plazo a la contaminación del aire de fuegos artificiales puede desencadenar una serie de problemas respiratorios como la tos, flema y dificultad para respirar, lo que aumenta el riesgo de desarrollar asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), rinitis alérgica, infecciones respiratorias bajas y cánceres de pulmón.
También se encontró que los metales presentes en los fuegos artificiales pueden tener un efecto perjudicial en la salud respiratoria. Por ejemplo, la inhalación de polvo de aluminio puede tener un efecto fibrogénico en los pulmones, el cromo de bario es citotóxico y genotóxico para las células pulmonares humanas y la exposición crónica al cadmio inhalado puede conducir al enfisema.
Menos contaminación que en el pasado
Otro estudio investigó el impacto de la quema de fuegos artificiales en la calidad del aire y los riesgos para la salud asociados en 31 ciudades capitales provinciales de China durante el Festival de Primavera desde 2015 hasta 2022. Se analizaron los datos de monitoreo horario de seis contaminantes del aire: PM2.5, PM10, NO2, SO2, O3 y CO. Los resultados revelaron que las concentraciones promedio diarias de PM2.5, PM10, SO2, NO2 y CO disminuyeron significativamente durante el periodo del estudio, mientras que las concentraciones de O3 de ocho horas mostraron un aumento.
La investigación concluyó que, aunque la calidad del aire ha mejorado gracias a las políticas estrictas de control de la contaminación, la contribución de los fuegos artificiales a las concentraciones de PM2.5 sigue siendo relevante. Por tanto, los hallazgos sugieren que es importante controlar el uso de pirotécnicos para proteger la salud humana y mantener la calidad del aire, especialmente durante este tipo de celebraciones.
(Infobae)