Historias del Ferrocarril: Servicio de encomiendas

Abel Fernández, vecino matheuense de 92 años, nos trae más de sus vivencias como Ferroviario.


Por 1948 y algunos pocos años más, los ferrocarriles atendían un servicio de encomiendas bastante eficiente en el F.C.C.A., donde trabajé por más de 46 años. Aún se observaban las disposiciones inglesas por el orden y la corrección.

En el año citado yo era peón de plataforma en San Isidro, la tercera estación del ramal Retiro-Tigre, después de Belgrano y Victoria.

En la estación El Socorro del ramal Pergamino-Peirano, semanalmente se colocaba un furgón apto para circular en trenes de pasajeros, en el que los productores de la zona cargaban jaulas de aves y lechones, cajones con huevos, nunca menos de 500.

Este furgón era tomado por el tren número 12 después de mediodía, y a la tarde, en Victoria, se cortaba y remolcaba a San Isidro. El auxiliar me hacía sentir orgulloso: “Fernández, viene el furgón del Socorro, ¡encárguese de la maniobra como usted sabe!”. Una vez éste en plataforma, se cortaba la locomotora que iba a tomar cambio sud. Y luego traspuesto, con dos toques de silbato el maquinista avisaba y yo desde la oficina invertía el cambio, y a pesar que una señal diminuta se lo indicaba, yo desde la plataforma exhibía la bandera verde (me sentía importante) por los pasajeros que en espera del tren observaban la maniobra. Luego reiteraba la operación en el cambio norte, y tomando el furgón se enviaba a la playa, ambas vías expeditas.

Los consignatarios, en poco más de dos horas retiraban lo trasportado y por la noche el furgón se enviaba a Retiro donde una vez limpio, volvía a la línea.

Este servicio con regularidad se prestó por un tiempo más, hasta que un día los productores con las jaulas y los cajones se encontraron que no estaba el furgón, ya no estaba disponible, y de ahí en más debían esperar a que el FC les ofreciera el servicio sin respetar los días establecidos.

Cansados del incumplimiento se fueron al camión y este tráfico importante se perdió, como tantos otros por la misma causa.

Abel Fernández

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