Joe Biden cuestiona a Zuckerberg por eliminar controles de desinformación

“Creo que es realmente vergonzoso”, declaró Biden ante los medios en la Casa Blanca. “Es todo lo contrario a lo que representa Estados Unidos. La idea de que un multimillonario pueda decidir que, a partir de ahora, no vamos a verificar nada es profundamente preocupante”, agregó.

La medida implica reemplazar el sistema de verificadores independientes por un modelo donde serán los propios usuarios quienes califiquen la veracidad de las publicaciones. Este enfoque, similar al adoptado por X (antes Twitter), ha generado preocupación en varios sectores, especialmente entre organismos internacionales dedicados a la lucha contra la desinformación.

Zuckerberg argumentó que el cambio busca reforzar la libertad de expresión en las plataformas y responder a las críticas de que los verificadores de contenido se habían vuelto políticamente sesgados. Sin embargo, esta decisión despertó alarmas globales. La Red Internacional de Verificación de Información (IFCN, por sus siglas en inglés) calificó la medida como “potencialmente devastadora” para los países más vulnerables a la desinformación.

En un comunicado, la IFCN advirtió que esta política podría “estimular la inestabilidad política, fomentar la injerencia electoral, incitar a la violencia popular e incluso contribuir a genocidios”.

Además, Meta trasladó su centro de moderación de contenido a Texas, un estado de fuerte predominancia republicana, lo que ha generado suspicacias sobre posibles motivaciones políticas detrás del cambio. También se levantaron restricciones en temas sensibles, como inmigración y género, aumentando las críticas sobre un posible debilitamiento de la moderación.

Organismos internacionales, líderes políticos y activistas han mostrado preocupación ante esta decisión. En un contexto global donde las redes sociales juegan un papel clave en la formación de opiniones, la eliminación de los verificadores podría intensificar la proliferación de noticias falsas, especialmente en períodos electorales.

La polémica medida ha abierto un debate sobre el equilibrio entre libertad de expresión y responsabilidad corporativa, situando a Meta en el centro de una nueva controversia global.

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