El Senado aprobó cambios para limitar el uso de los DNU y ahora el debate pasa a Diputados

El proyecto establece que cada DNU deberá ser tratado en un plazo máximo de 90 días corridos y aprobado “con mayoría absoluta” por ambas Cámaras del Congreso. En caso de que uno de los cuerpos lo rechace, el decreto quedará automáticamente sin efecto. Esto representa un cambio drástico frente al esquema actual, donde los decretos continúan vigentes si no son expresamente rechazados.

Además, la propuesta plantea que cada decreto se limite a un único tema, evitando la práctica de incluir en un mismo texto asuntos de distinta índole. De prosperar en Diputados, la norma reemplazaría a la ley 26.122, sancionada en 2006 a instancias de Cristina Fernández de Kirchner, y que es duramente cuestionada por habilitar la continuidad automática de los decretos.

La senadora cordobesa Alejandra Vigo, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, fue la miembro informante del proyecto. En su exposición, advirtió:

“Los DNU son instrumentos de excepción que no pueden convertirse en la regla. Con esta modificación buscamos atenuar el presidencialismo y reforzar el equilibrio de poderes”.

Desde la UCR, el senador Pablo Blanco celebró la iniciativa y sostuvo que “se pone fin a la pésima costumbre de gobernar a través de decretos”, práctica que –según señaló– no es exclusiva de la actual administración, sino que atraviesa a distintos gobiernos de las últimas décadas.

En la misma línea, la riojana Florencia López afirmó que “el Congreso debe recuperar sus facultades y garantizar los pesos y contrapesos propios de la democracia”.

Por su parte, la neuquina Lucila Crexell recordó que los DNU fueron incorporados tras la reforma constitucional de 1994 y denunció que, lejos de moderar el presidencialismo, “exacerbaron el centralismo y el autoritarismo en la toma de decisiones”.

Sin embargo, desde La Libertad Avanza se opusieron al proyecto. El jefe de bancada, Ezequiel Atauche, argumentó que los DNU “han sido utilizados por todos los gobiernos” y cuestionó que ahora se intente restringirlos “justo cuando el Presidente enfrenta un Congreso con fuertes minorías”.

Con la media sanción del Senado, la discusión pasa a Diputados, donde se espera un debate intenso. El oficialismo ya anticipó que buscará resistir la iniciativa e incluso no descarta un veto presidencial en caso de que avance.

De aprobarse, la reforma significará un cambio profundo en la forma en que el Poder Ejecutivo puede gobernar sin pasar por el Congreso, reforzando así el rol del Poder Legislativo en la elaboración de las leyes.

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