La Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Buenos Aires (AIEPBA) encendió una luz de alarma ante el crecimiento sostenido de jardines de infantes no habilitados en distintos puntos del territorio bonaerense.
Estos espacios, que funcionan sin reconocimiento oficial ni supervisión estatal, se presentan ante las familias como instituciones educativas, pero ponen en riesgo la seguridad, la educación y los derechos de miles de niños y niñas.
Según un relevamiento de la entidad, solo en la zona de La Plata, Brandsen, Magdalena, Berisso, Ensenada y Punta Indio se detectaron más de 100 jardines ilegales. En Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora se registraron al menos 20, mientras que en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, otros 8.
En la región oeste del Conurbano —que incluye San Martín, Villa Ballester, Tres de Febrero y Hurlingham— se identificaron más de una docena de establecimientos sin la habilitación correspondiente.
Los riesgos de dejar a un niño en un jardín no habilitado
Desde AIEPBA explican que muchos de estos lugares reciben niños desde un año hasta los cinco, incluso en las salas de 4 y 5 años, que forman parte de la educación obligatoria en la provincia.
“Estos establecimientos no cuentan con personal docente titulado, supervisión pedagógica ni control estatal. Nadie garantiza qué se enseña, cómo se enseña ni quién lo hace”, advirtió Martín Zurita, secretario ejecutivo de la entidad.
Además, al no estar habilitados por DIEGEP (Dirección de Educación de Gestión Privada), no existe control sobre las condiciones edilicias, sanitarias ni de seguridad, lo que representa un riesgo directo para los chicos.
En cambio, los jardines reconocidos deben acreditar:
- Edificios inspeccionados y seguros (salidas de emergencia, electricidad y gas en condiciones, agua potable y sanitarios adecuados).
- Personal docente con título habilitante.
- Protocolos de salud, higiene y emergencia.
- Proyecto educativo oficial que garantice la continuidad pedagógica.
Vulneración de derechos y desprotección familiar
La situación preocupa no solo por el engaño a las familias, sino también por la falta total de responsabilidad institucional.
En los llamados “jardines truchos”, las trayectorias educativas no son válidas ni registradas oficialmente, y ante un accidente o irregularidad, las familias no pueden reclamar ante la Dirección General de Escuelas ni cuentan con cobertura asegurada.
“El reconocimiento oficial no es una formalidad: es una garantía del derecho de los niños a recibir educación de calidad”, subrayó Zurita.
AIEPBA también advirtió que muchos de estos lugares imitan nombres, logos o cartelería de instituciones reales, confundiendo a las familias y generando competencia desleal con los jardines que sí cumplen todas las normativas.
Cómo verificar si un jardín está habilitado
Antes de inscribir a un niño o niña, las familias pueden solicitar el número de DIEGEP o consultar directamente en la página oficial del organismo para confirmar la habilitación del establecimiento.
“Elegir un jardín reconocido no es una formalidad: es una forma de cuidar a sus hijos. Porque educar también es cuidar, y el cuidado comienza eligiendo con responsabilidad”, remarcaron desde AIEPBA.
🧾 Checklist para las familias:
✅ Pedir el número de DIEGEP del establecimiento.
✅ Confirmar que el personal tenga título docente habilitante.
✅ Verificar que el edificio cuente con medidas de seguridad.
✅ Consultar si el jardín tiene proyecto pedagógico oficial.
✅ Desconfiar de instituciones que no entreguen documentación oficial.
