Mientras en la política bonaerense se viven momentos de tensión por el modelo de financiamiento de los partidos, los radicales mostraban un silencio llamativo tras el descubrimiento de la causa Chocolate Rigau y la aparición de “empleados fantasmas” en la Legislatura.
Los radicales bonaerenses, nucleados detrás de Maximiliano Abad, tuvieron su “Chocolate” y se llama Hugo Muguerza, un radical platense que respondía al fallecido Javier Quinterno, aunque desconocido por el Comité de La Plata a través de un comunicado.
El hombre fue detectado por los investigadores a partir del análisis de videos en los que se lo ve con el pulgar levantado, saludando a Rigau, en los cajeros del Banco Provincia de 7 y 54, lo que puso el ojo en el seguimiento de Muguerza.
Según dejó trascender la fiscal Betina Lacki, son 39 las tarjetas de empleados fantasma del Senado cuyos sueldos son de aproximadamente 700.000 pesos que, según se presume, son para el financiamiento de los radicales.
Ante las consultas, los dirigentes radicales no se hicieron eco de estas novedades, aunque la causa tiene avances y se espera que los 39 nombres de las tarjetas comiencen a desfilar por la fiscalía de Lacki.
El rol de este otro “Chocolate” que desvió fondos del Senado bonaerense para la política –o para políticos- explica el silencio de la UCR desde que estalló el escándalo con "Chocolate" Rigau; en especial, de su Comité Provincia, que lidera "Maxi" Abad:https://t.co/Qsz9dUlK9G pic.twitter.com/jvvKewh57j
— Hugo Alconada Mon (@halconada) February 12, 2024
Sin embargo, un asesor que presta servicio dentro de la Cámara señaló: “yo cobro, pero laburo. No todo el sueldo es para mí. Lo dividimos entre varios y me queda poco. Pero el nombre del recibo de sueldo es mío”.
Por su parte, Muguerza, radical de toda la vida, fue parte de la gestión de Julio Garro como subsecretario de Espacio Público en la primera etapa de gestión. Luego, el entonces alcalde Pro se deshizo de los radicales y Muguerza dejó el cargo.
Ahora, queda analizar el resultado de los detalles de la investigación y el impacto en el sector libertario, teniendo a Carolina Piparo como una de las principales apuntadas.
Piparo, que no sabía los detalles de cómo tomar “presupuesto para la política”, se encolumnó detrás del ahora concejal de La Plata, Guillermo Bardón, con extensa experiencia en la administración de recursos para las cajas chicas y que logró tender los puentes para que la platense pueda hacerse de, según la causa judicial, más de una veintena de tarjetas. Ahora, se espera que los tiempos políticos no hagan una cobertura de la diputada nacional y la investigación tenga un cause normal.
(Nova)