Historias Ferroviarias: Qué esconden los nombres de las estaciones con vocablos indígenas (parte 2)

Abel Fernández, nuestro colaborador matheuense y ferroviario, nos explica qué significan los nombres de algunas estaciones de tren, bautizadas por nuestros ancestros nativos.


En los 46 años que tuve el privilegio de trabajar en Ferrocarriles Argentinos, pude conocer en detalle un ecosistema extraordinario: el de las estaciones de trenes y los pueblos que se constituyeron alrededor de cada una de ellas. Muchas de las cuales fueron bautizadas con nombres originarios, para rendirles homenaje a los primeros moradores de cada una de esas zonas.

Ya hemos realizado una primera entrega. Acá la segunda parte de lo que esconden esas estaciones de trenes diseminadas en todo el territorio nacional.

  • Capivara: del Guaraní, Carpincho.
  • Caraguatay: del Quechua, Cerdo pequeño.
  • Carhue: del Quechua, Lugar donde hubo un fuerte.
  • Carrilobo: del Quechua, Médano verde.
  • Catamarca: del Quechua, Pueblo de la falda.
  • Chalinzaco: del Cacán, Calin: acompañar; za: Peña; co: agua.
  • Cejalao: del Quechua, Ceja del monte.
  • Cerrudo: del Guaraní, Viejo antiguo.
  • Cevil Pozo: del Quechua, Cevil: árbol; pozo excavación.
  • Chaguaral: del Quechua, Lugar donde hay chaguar.
  • Chaliarcol: del Araucano, Olla de agua.
  • Chañi: del Quechua, Nevado.
  • Chapaleufú: del Araucano, Río pantanoso.
  • Chapanai: del Huarpe, El nombre de un cacique.
  • Chararay: del Toba, Terreno bajo.
  • Charata: del Guaraní, Ave gallinácea.
  • Chascomus: del Quechua, País de las lagunas.
  • Chasicó: del Araucano, Agua mala.
  • Chaupi pozo: del Quechua, Pozo del medio.
  • Chelforó: del Araucano, Huesos de la gente.
  • Chinchinales: del Araucano, Del Chinchin plomo.

Por Abel Fernández

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