El detenido Paulo Antonio Díaz abordó anteriormente a otra víctima que caminaba en las cercanías del lugar donde en 2003 asesinaron en Núñez a Lucila Yaconis durante otro ataque sexual.
El saviense Paulo Antonio Díaz, detenido el miércoles como el presunto autor de la violación que el domingo pasado sufrió una empleada en una panadería de la zona porteña de Las Cañitas, en Palermo, cuenta en su prontuario con una condena por haber abusado en 2019 de una adolescente de 15 años, a diez cuadras de donde en 2003 asesinaron en Núñez a Lucila Yaconis durante otro ataque sexual, informaron fuentes judiciales.
El dato se desprende de la sentencia -a la que accedió Télam-, que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de la Capital Federal, le impuso a Díaz (35) el 20 de diciembre de 2020 como autor de un “abuso sexual agravado por el uso de armas”, ya que atacó a la chica con un cuchillo Tramontina.
Si bien el fiscal de ese juicio, Oscar Ciruzzi, había pedido una pena de tres años y medio de prisión por este hecho, el juez Alejandro Noceti Achával, del TOC 7, condenó a Díaz a dos años y seis meses de cárcel y el abusador terminó con una pena unificada de seis años porque tenía condenas previas en otras causas.
Cómo fue el abuso en 2019
El hecho ocurrió el lunes 8 de abril de 2019, cerca de las 13, en la calle Iberá entre 3 de Febrero y Grecia, en el barrio de Núñez, a metros de un paso bajo nivel de las vías del ferrocarril Mitre.
Se trata de un sitio ubicado a tan solo diez cuadras del cruce peatonal de la calle Paroissien y las vías del mismo tren donde el 21 de abril de 2003 un hombre nunca identificado -pese a que se obtuvo su ADN-, asesinó sofocando a la adolescente de 16 años Lucila Yaconis durante un abuso sexual, en uno de los crímenes impunes más resonantes de los últimos 20 años.
En este caso, la víctima tenía 15 años y caminaba por Iberá rumbo a la avenida Cabildo cuando fue abordada por Díaz, quien le preguntó si tenía “una moneda” y cuando la chica le respondió que no, “se le abalanzó arrinconándola contra la pared, extrajo un cuchillo que ocultaba en uno de los puños del buzo que vestía y se lo exhibió a modo de intimación”, según detalla la sentencia.
“Por el miedo que esta situación le generó, la víctima se quedó inmovilizada, circunstancia que fue aprovechada por el agresor para cruzarle uno de sus brazos por la espalda y sujetarla con fuerza de sus glúteos por sobre la ropa, al tiempo que le tiró el cuerpo encima como apoyándose en ella”, señala el fallo al describir el hecho.
La adolescente logró zafar de la situación y salió corriendo hacia la avenida Cabildo, donde a los pocos metros fue asistida por una mujer que le compró una botella de agua y la acompañó hasta su colegio, ubicado en la intersección de la mencionada avenida e Iberá, donde se reunió con su mamá y juntas fueron a la comisaría 13-B de la Policía de la Ciudad a radicar la denuncia.
En esa seccional estaba ya detenido Díaz porque 50 minutos después del ataque sexual a la adolescente, había asaltado en el mismo cruce de Iberá y Grecia a otra adolescente de 14 años, a quien le sacó su celular amenazándola también con un cuchillo Tramontina.
Un policía había logrado apresarlo en el cruce de las calles Guayra y Arribeños y le secuestró entre sus ropas el cuchillo serrucho tipo Tramontina de 12 centímetros de largo y con el mango de plástico negro, y en una de sus manos el celular Huawei P8 Light, con una carcasa protectora plástica negra y rosa que le había robado a la chica de 14 años
Las coincidencias físicas -petizo, de tez trigueña, contextura robusta, ojos marrones, de unos treinta y pico años-, de las ropas -buzo azul, un pantalón gris y con una mochila negra-, y del cuchillo empleado hicieron que Díaz quedara detenido por ambas causas.
En la sentencia por este abuso en Núñez, el juez Noceti Achával mencionó “el grado de marginalidad en que se encontraba el imputado” al señalar que “puede apreciarse que Díaz es una persona joven, con estudios primarios incompletos, que desde que abandonó la escuela vivió en situación de calle y que se inició en el consumo de estupefacientes a los once años”.
Por este abuso, le impuso un castigo de dos años y medio de cárcel, pero a la hora de evaluar el monto de la pena única, tuvo en cuenta que Díaz ya había sido condenado el 19 de junio de 2019 por sus colegas del TOC 28 a tres años de prisión por el robo del celular a la adolescente y a una pena única de cuatro años y ocho meses de prisión por condenas previas.
Por eso, lo volvió a declarar reincidente y le unificó todas sus condenas en seis años de prisión.
Al hacer el cómputo de la pena, el TOC 7 dejó asentado en el fallo que Díaz estaba preso en la cárcel de Marcos Paz desde el día del hecho -8 de abril de 2019-, pero que a lo largo de las cinco causas previas que tenía en Capital Federal y San Isidro desde 2016 y 2020, llevaba detenido “cuatro años, un mes y ocho días”, por lo que para terminar de cumplir los seis años que le impusieron, le restaba “un año, diez meses y veintidós días” y dispuso que la pena única vencía “el 21 de noviembre de 2022”.
Este mismo año tuvo otra causa por tentativa de robo que lo mantuvo detenido tres meses hasta que recuperó la libertad el 14 de octubre pasado.
Díaz fue detenido el miércoles por detectives de la División Delitos contra la Integridad Sexual de la Policía de la Ciudad en la localidad de Maquinista Savio, como acusado de haber sido el autor del asalto y el abuso sexual que el domingo pasado por la mañana sufrió una empleada de 20 años de una panadería ubicada en la calle Soldado de la Independencia al 700 de Las Cañitas, en el barrio de Palermo.
Más allá de que había quedado filmado por las cámaras de seguridad del local, la clave de la investigación por la que se logró identificarlo, fueron las huellas dactilares que el abusador dejó en un envase tipo tetrabrik de litro de jugo Cepita del Valle, sabor naranja, y que los peritos de Policía Científica recuperaron para cotejarlas con distintas bases de datos.
Díaz quedó detenido a disposición del juez en lo Criminal y Correccional 5, Manuel de Campos, que podría indagarlo en las próximas horas junto al fiscal 42 del mismo fuero, Carlos Velarde, quien dirigió la investigación.
El hecho ocurrió pasadas las 7.30 de la mañana de domingo en el café y panadería “Craft Vegan Bakery”, ubicado en Soldado de la Independencia 772, entre Matienzo y Jorge Newbery.
La empleada, de 20 años, había dejado aún la cortina baja, pero la puerta de esa persiana estaba abierta, ya que esperaba la llegada del proveedor que todas las mañanas le entrega el pan y el resto de los productos.
Aprovechando que esa puerta estaba sin traba, el delincuente entró al local para concretar primero el robo del dinero de la caja y luego el ataque sexual.