Seguridad en Escobar: la policía municipal no alcanza y los vecinos seguimos expuestos
El viernes 26 de septiembre, a plena luz del día y a tan solo dos cuadras del centro de Escobar, dos delincuentes robaron una moto en cuestión de segundos. Las imágenes de las cámaras de seguridad son elocuentes: los ladrones caminan tranquilamente por la calle Travi, entre Hipólito Yrigoyen y Belgrano, rompen el traba manubrio, fuerzan el tambor y se marchan como si nada, sin prisa y con total impunidad.
Este hecho, ocurrido pegado a una reconocida heladería del distrito, vuelve a poner en el centro del debate la fragilidad de nuestro sistema de seguridad local. Pese a los anuncios oficiales y a la incorporación de la llamada “Policía Municipal”, la realidad es que los delitos no sólo no disminuyen, sino que ocurren cada vez con mayor descaro y en lugares céntricos, donde se supone debería haber mayor presencia policial.
La impotencia vecinal es evidente. Una joven hecho relató que las cámaras pertenecen a la heladería de la zona y que “muchos trabajadores de aplicaciones como Pedidos Ya entran a buscar pedidos y después no tienen más su moto en la vereda”. Incluso recordó que el año pasado, en el edificio lindero, le robaron la bicicleta directamente del balcón de un primer piso. ¿Qué otra señal necesitamos para aceptar que el problema es grave y estructural?
El incremento de patrulleros, uniformes y efectivos poco sirve si no hay un plan real de prevención y respuesta. La sensación de impunidad se multiplica cuando, en la mayoría de los casos, los delincuentes son detenidos y liberados en apenas 24 horas, si es que llegan a ser detenidos. Así, la comunidad queda a merced de bandas que actúan sin miedo a las consecuencias.
La inseguridad no distingue barrios ni horarios. El robo de esta moto en pleno mediodía escobarense es solo un ejemplo más de una problemática diaria que erosiona la confianza ciudadana. Mientras tanto, los vecinos sentimos que seguimos solos, a la buena de Dios, en un distrito que parece haber naturalizado que vivir con miedo es lo habitual.
El desafío para quienes gobiernan Escobar no es sumar estructuras burocráticas con nuevos nombres, sino garantizar resultados reales. No alcanza con más móviles ni con más anuncios: la gente necesita seguridad efectiva, no promesas.
✍️ Por Germán Grams

