Nuestro vecino matheuense Abel Fernández nos trae otro relato de la historia de nuestros ferrocarriles.
Esto tienen una razón que muchos ignoran: el frenado de los trenes y especialmente en el servicio eléctrico se realiza en todas sus ruedas, a razón de ocho ruedas por vehículo, lo que significa que 48 ruedas, o a veces más, reciben la presión de unas zapatas de acero, las que al actuar desprenden unas muy pequeñas partes de ellas y también de la llanta de la rueda, ésta por ser pequeña vuela y se posa sobre la estructura del propio coche o del algún otro que cruza por la vía contraria. Con la lluvia o el rocío nocturno éstas se oxidan, pero el color marrón de los coches lo disimula.
Imaginemos un coche con color claro y manchones de óxido en su estructura… Esto se ha superado porque las formaciones actuales utilizan zapatas de material plástico, se sostiene que algo logran de material suelen desprender estas zapatas pero la cantidad es muchísimo menor, y es por eso que las formaciones modernas lucen bonitos colores claros.
Abel Fernández